jueves, agosto 10, 2006

LA COPA DERRAMANDA

“Una de nuestras compañeras dejo de asistir a clase y nadie sabia cual era la razón. Como siempre, cuando no se sabe la verdad, se tejen Historias acerca de las causas que la habrían obligado a dejar la carrera. La versión que circuló y la que rápidamente se extendió, fue que se había retirado porque estaba embarazada y se habría practicado un aborto.
La historia llego a oídos de la profesora de psicología, que tenia una fama de ser muy especial y muy directa para enfrentar los problemas. Cariñosamente la apodábamos “la loca”. Nada tenia de loca, sino por el contrario, era muy cuerda y aguda en sus observaciones y actuaciones. Siempre nos sorprendía con sus actos inesperados y creo que aprendimos 'significativamente' con ella muchas de las estrategias que después utilizaremos con éxito en nuestra profesión.
La profesora identifico a una de las que comentaban, con mucha ligereza, la ausencia de nuestra compañera. La llamo a su oficina y le pidió que le trajera un vaso con agua, lleno hasta el borde, le insistió. La alumna vacilo un momento, pero acostumbrada a la 'salidas' de la maestra, le obedeció sin chistar.
Cuando llego con el vaso se lo ofreció, pensando que lo bebería. La profesora con voz muy convincente le dijo “¡ahora derrámalo!” la alumna dudo y ella insistió con autoridad. Derramó el agua en el pulcro piso de la oficina de la profesora. Una vez que cayo la ultima gota de agua, le pidió con la misma convicción: “¡ahora recoge toda el agua derramada y échala de nuevo al vaso!”. La alumna, esta vez sorprendida, le replico: “¡No es imposible!” la maestra le repitió: “¡Hazlo! ¡Como sea, pero hazlo!”
Como pudo, usando un pañuelo, recogió el agua e intento cumplir la orden. El vaso solo logro llenarse hasta la mitad y con agua sucia...
Mirándola a los ojos la “loca” le dijo: “¡¡esa es la honra de tu compañera! Una vez derramada, es imposible repararla”y se alejo taconeando por los viejos pasillos de la escuela...
Nunca olvidamos la lección. Cuando llego nuestra compañera ausente, supimos que había muerto su madre en el sur después de una larga y dolorosa enfermedad y ella había tenido que asistirla en sus últimos momentos...”
¿Cuantas veces hemos caído en ese juego irresponsable de hablar mal de las personas, de desprestigiarlas? Cuando vayas hacerlo, recuerda esta historia.
Transcribió: ANDREA CASTRO 11 13