martes, octubre 31, 2006

HASTA PRONTO

Cuenta una antigua leyenda que en la edad media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer.
En realidad, el verdadero culpable era una persona muy influyente del Reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un chivo “expiatorio”, para cubrir al culpable.


El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: ¡la horca!
El juez, también comprado, cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado:
Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino:
Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras “culpable” e “inocente”.
“Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino”. Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: “ CULPABLE”
Y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.
El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes lo reprocharon: "Pero, ¿qué hizo?, ¿y ahora?,¿Cómo vamos a saber el veredicto? Muy sencillo –respondió el hombre- es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué”.
Con un gran coraje disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida, ni de luchar hasta el último momento.
Muchas veces creemos que los problemas no tienen solución y nos resignamos a perder y no luchar, olvidando aquellas palabras de: “Lo que es imposible para el ser humano, es posible para Dios”


Autor: Anónimo.

Con este mensaje, quiero hacer llegar mis agradecimientos a la Comunidad Aruista por haberme permitido compartir con Ustedes estos seis años de experiencia profesional. A mis estudiantes, digo mis campeones, la razón de mi existencia, les entregué con pasión y profesionalismo las horas de trabajo. Ocuparán un lugar privilegiado en mi corazón por el resto de mi existencia; me sabrán perdonar los excesos cometidos y recuerden, solo un exceso es aceptable: EL EXCESO DE GRATITUD.


Ramiro Rodríguez Ortiz.

1 Comments:

Blogger Antonio Reyes Umaña said...

profe creo ke voy a tener exceso de gratitud por haber compartido los seis años ke llevo en el colegio igual ke ud. lastima ke los niños ke entren el otro año no tendran el mismo privilegio, espero ke nos visite pronto, y se lo digo en nombre mio y de todo el colegio
att: andrea castro

5:16 p. m.  

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